sábado, 23 de julio de 2011

Ayuda Didáctica

INSTITUTO LA CUMBRE - FLORIDABLANCA

AUTOEVALUACIÓN.

Nadie mejor calificado para examinar lo que aprendió del desarrollo de una actividad académica determinada que quien la ejecutó.

La autoevaluación, entendida como una oportunidad de aprendizaje donde el estudiante se cuestiona a si mismo; juzga objetivamente y constructivamente su propio trabajo y sus propias realizaciones; reconoce las causas internas de sus aciertos y errores; y adopta estrategias para mejorar los primeros y corregir los segundos, es un componente insustituible del aprendizaje autónomo.

La autoevaluación comprende tres fases: autorreflexión, autodiagnóstico y autorregulación.

1. Autorreflexión.
Piense sincera e íntimamente sobre lo bonito (positivo), lo feo (negativo), lo agradable (atractivo) y lo desagradable (repulsivo) del proceso, de los aprendizajes y de los productos.

2. Autodiagnóstico.
Como consecuencia de la reflexión, identifique sus logros, sus obstáculos, sus fortalezas y sus necesidades.

3. Autorregulación.
Hecho el diagnóstico, elabore su propuesta de seguimiento señalando qué piensa cambiar y que va a mejorar durante la realización de la siguiente actividad.

4. Escriba media página de autoevaluación.

a. Colóquele un título que refleje su estado de ánimo o sus aciertos o sus fortalezas o sus obstáculos o sus perspectivas futuras.
b. Integre los resultados de su autoevaluación alrededor de aspectos como los siguientes:
i. Problemas, obstáculos y necesidades con respecto a la actividad.
ii. Causas o factores que la originan.
iii. Medios y recursos que puede aportar el estudiante para solucionarlos o satisfacerlos.
iv. Disposición de ánimo del estudiante para cooperar con sus compañeros y profesor en busca de soluciones.
v. Prioridades que otorga a los problemas y cambios para el inmediato futuro.

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